jueves, 1 de enero de 2009

ALMORZANDO CON MIRTA LEGRAND



Por Hugo Presman

Estar de vacaciones es, en lo posible, no privarse de nada. Más cuando el mar luce embravecido, el tiempo tormentoso y el viento intenso y molesto, disuade las caminatas.

Mientras almorzamos, la curiosidad nos lleva a sumar a nuestra mesa a la considerada diva de los mediodías televisivos desde hace cuatro décadas. El programa comienza a las 13,30 horas pero eso es apenas una concesión gramatical. La primera media hora es una larga tanda publicitaria, con la ex actriz como protagonista, que incluye el autobombo y la exaltación de su vestuario. En estos días se suma la aparición de un libro con la biografía de la conductora, que según los comentarios de la misma, “es maravillosa”, de lo que se deduce que es un largo panegírico de la biografiada.

En el programa del 1º de diciembre recibió a Susana Andrada, presidenta del Centro de Educación del Consumidor (CEC), como prólogo al almuerzo.

La noticia del día es que el domingo 30 de noviembre Mirta padeció durante algunas horas de un corte de luz, que dado el dramatismo del relato, el televidente desprevenido puede considerarla casi como una sobreviviente de un cataclismo nuclear. Incluso comenta que lo llamó al verborrágico dirigente del PRO Horacio Rodríguez Larreta para ver si podía hacer algo que le solucionara el problema, a lo cual el macrista esquivó como un discípulo de Nicolino Loche. El diálogo con la columnista de Víctor Hugo Morales fue un largo desfile de lugares comunes, salpicados con una adjetivación única y por lo tanto de una reiteración hartante de parte de las dos mujeres: ¡ Horroroso! Como quien dirige un comentario inocente y aséptico en forma de pregunta Mirta interrogó: ¿ Se acordará la gente cuando tenga que votar? La especialista en precios, especialmente de productos vendidos en supermercados, respondió categórica: “No Mirta.” Un mohín de la conductora exteriorizó su malestar.

Luego se pasó a la mesa de los almuerzos. Invitados: los actores Juan Palomino, Raúl Rizzo, el psicoanalista, novelista, autor teatral y divulgador histórico Mario “Pacho” O’ Donnell, la cantante Patricia Sosa y el intendente de un pequeño pueblo de la Provincia de San Luís, Alfredo Domínguez. Antes de empezar el almuerzo el chef enuncia el menú y así los comensales televisivos, es decir, “la audiencia”, se entera que el servicio es del Hotel Hilton y los vinos de la Bodega Altus.

Mirta, con su mejor cara de nada le solicita a Rizzo y Palomino que relaten lo que les pasó en Firmat. Raúl Rizzo recuerda que realizó declaraciones contrarias al paro agropecuario en Venado Tuerto y que las mismas fueron recogidas por el diario La Capital de Rosario con lo que obtuvieron repercusión a nivel nacional. Eso provocó la reacción de cuatro dirigentes de la Federación Agraria y de una dirigente de Mujeres en Lucha. El teatro se encuentra dentro del Municipio. Los productores requisaron los vehículos que se dirigían al teatro, colocaron carteles que decían “Función suspendida”, y realizaron pintadas contra Raúl Rizzo. Mirta con una expresión de sorpresa exclamaba ¡ Que extraño! Olvidó o prefirió ignorar los controles sobre las mercaderías transportada en camiones que durante la mayor parte de los 120 días de paro patronal realizaron los piqueteros sojeros fundamentalmente. La función, siguió contando el actor, era a las 21 horas. A las 20,20 horas los cinco dirigentes agropecuarios pidieron dialogar con los actores, en presencia de las cámaras de televisión. Rizzo y Palomino accedieron. Mientras tanto algunos espectadores devolvieron las entradas mientras alrededor de doscientas personas pugnaban por entrar al teatro. Los piqueteros patronales exigieron la retractación de las declaraciones de Rizzo. Este se negó. La obra de Pacho O’ Donnell llamada “La tentación” comenzó. A los dos minutos de iniciada, dos mujeres se acercaron al escenario, gritaron contra los actores y arrojaron volantes. La obra se suspende. El público repudia a las dos revoltosas y su pseudo escrache. La obra se reinicia donde había sido interrumpida. Concluye la función y el público aplaude entusiastamente. Los actores salen en un vehículo con dos patrulleros policiales, uno que les precede y otro que la cuida la retaguardia, seguidos por los manifestantes, muchos de ellos en sus cuatro por cuatro. Mirta reitera algunos ¡ Que extraño! y por si alguien está distraído aclara enfáticamente que está con la gente del campo aunque no comparte este procedimiento. La música de fondo: “…nuevamente está, brillando fuerte, la Legrand ” indica la cercanía de una pausa publicitaria.

A la vuelta hay jugosos cruces entre Alfredo Domínguez y Raúl Rizzo sobre el gobierno de San Luís. Legrand se sorprende que el actor sea kirchnerista, a lo que este aclara que es marxista. Patricia Sosa cuenta sus tareas en el impenetrable chaqueño, indudablemente muy meritorias, con relatos arrancados de las miseria extrema.

Cuando se habla de delitos, Mirta se sumirá en “profundas reflexiones” como: “ La inseguridad que estamos viviendo es alarmante.” o “No hay detenidos. ¡ Es terrible!

Mirta, sin lugar a dudas lee los diarios y repite todos los lugares comunes. Es como aquellos que comen mucho pero digieren poco. Horroroso y maravilloso atraviesan su lenguaje carente de una sola idea propia compleja pero suscribe todos los prejuicios de las capas medias. Es la personificación televisiva de la Doña Rosa de Bernardo Neustad.

LA GENUFLEXIÓN DE LOS INTELECTUALES

Pacho O’ Donnell explica que la obra es un diálogo entre Dorrego y el embajador inglés en Brasil, Lord Ponsomby. Relata correctamente lo que fueron los caudillos federales. Mirta acota: “ Voy a leer el libro, porque se aprende mucho ¡ Es maravilloso! Reitera que su programa trae suerte. Elogia a Juan José Sebreli de quién dice fue alumna cuando concurrió a un curso que dictó en Punta del Este. La dedicatoria que el autor le escribe a la diva en su último libro “Comediantes y mártires” dice, aproximadamente, según la lectura de Legrand: “A mi ídola juvenil que nunca pensé que podría llegar a ser mi discípula” Hace mucho que Sebreli no escribe libros de la calidad de “Buenos Aires, vida cotidiana y alienación”. La disminución del grosor de sus pensamientos es correlativa a sus devaneos políticos que lo llevaron del marxismo a ser intelectual orgánico de López Murphy. Su principal discípulo, una mala copia, es el profesor de educación física Fernando Iglesias que primero desde Recrear y ahora como diputado de la Coalición Cívica intenta enseñar prácticamente el título de su libro “ Que significa hoy ser de izquierda”. Luego, seducido por su infundada importancia publicó, modestamente, ''Kirchner y Yo: por qué no soy kirchnerista''.

Cuando el programa agoniza recibe el último libro de O` Donnell llamado “Caudillos Federales. El grito interior” con la siguiente dedicatoria: “Personalidad vertebral de nuestra cultura” Su facilidad para el elogio infundado ya lo había demostrado en el prólogo de las memorias de Carlos Menem llamadas “Universos de mi tiempo. Un testimonio personal” en donde le llegó a dedicar frases como estas: “ Desde el primer momento en que lo conocí quedé impresionado por su inteligencia….Menem ha sido, en muchos sentidos un visionario….Nunca hizo alarde de su elevada cultura que fue forjando en la lectura de libros y en la frecuentación de maestros… Fue El Gran Transformador….La vida y la obra de Menem son justicialistas por espíritu y metodología”

Parece mentira que por un almuerzo televisivo, un cholulismo acorazado, se puede llegar a estas dosis de sobreactuación. Mirta Legrand: “ Personalidad vertebral de nuestra cultura”

ALMORZANDO CON MIRTA LEGRAND

Al día siguiente la mesa es con dos de las viudas del triple crimen de Rodríguez, Mariela Izquierdo y Solange Bellone, el abogado de ambas Miguel Ángel Pierri y el periodista Mauro Federico. Haciendo exhibición de un avanzado amarillismo cruza al aire al padre de Sebastián Forza con su nuera Solange, sabiendo que están separados por una profunda disputa familiar con amenazas de muerte. Solange, en un ataque de nervios se levanta de la mesa, y se desahoga a los gritos fuera del alcance de las cámaras mientras la señora de los almuerzos finge ingenuidad, que le disgusta esas situaciones, mientras alienta el fuego de las dudas sobre su comensal que ha regresado a la mesa.

Al día siguiente la mesa es una reunión familiar con sus nietos.

Estar de vacaciones es, en lo posible, no privarse de nada. Pero tres almuerzos son suficientes. Para entender un fenómeno de cuatro décadas. Atravesado por la mediocridad. Un espectáculo para la evasión alimentada de preconceptos y prejuicios. Protagonizada por una mediocre ex actriz que reduce al periodismo a interpretar el papel de Doña Rosa. Si Neustad la creo y la propagandizaba con slogans impactantes y falaces, Mirta la interpreta con lugares comunes presentados como inquietudes ciudadanas. Lo notable, y eso revela la ciénaga que atraviesa el periodismo, que con esta base, Mirta es muchas veces más incisiva que muchos periodistas profesionales que se presentan, además, como puros e independientes.

Estar de vacaciones es, en lo posible, no privarse de nada. Pero una dosis excesiva de almuerzos conduce a un atosigamiento que en el lenguaje provinciano se denomina empacho. Para mi es suficiente. ¡ Buen provecho!

09-12-2008

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