miércoles, 2 de julio de 2008

la verdad detrás de la versión oficial sobre exportaciones
El power point de Pinocho
Alberto F aseguró que el campo exportó más que nunca durante el paro. Las datos de Comercio Exterior revelan que eran embarques previos de las grandes cerealeras, sin retenciones móviles.



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25.06.2008

Congestión. El embotellamiento de camiones que esperan por ingresar al puerto de Rosario es la mejor prueba de que antes las exportaciones no funcionaban a pleno.


El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se encargó en los últimos dos días de promocionar un informe con datos de la Aduana que, en la visión de la Rosada, muestra que durante los 100 días de lock out del campo los productores rurales se concentraron en desabastecer el mercado interno mientras mantuvieron firme el rentable negocio de la exportación. Sin embargo, los propios datos del comercio exterior muestran una historia distinta. Como publicó Crítica de la Argentina, el selecto club de seis cerealeras que domina la comercialización de granos, se anticipó a la suba de las retenciones, incrementando notablemente las exportaciones en los 40 días previos a la medida, mientras que en los últimos tres meses los productores acumularon en sus campos cerca de la mitad de la cosecha de soja a la espera de una definición en las retenciones móviles.

Según el documento oficial que presentó Alberto Fernández, durante los primeros cinco meses del año, las exportaciones agropecuarias crecieron un 28% en volumen, alcanzando los 27,7 millones de toneladas. En valor, los ingresos de los exportadores, neto de retenciones, sumaron 10.400 millones de dólares, un 63% más que en igual período de 2007. En particular, entre enero y mayo, las exportaciones de soja ascendieron a 3,8 millones de toneladas, un 18% más en cantidades que en igual período del año pasado. Así, gracias al salto de los precios internacionales, los exportadores de soja embolsaron durante los primeros cinco meses del año, deducidas las retenciones, un 70% más de dólares que durante igual período del año pasado.

La versión oficial no tiene en cuenta varias cuestiones. En primer lugar, las exportaciones no las realizan los productores agropecuarios sino las cerealeras, que desde principios de año mantenían acopiadas varios millones de toneladas de la cosecha anterior. Y que justamente habían sido registradas en las declaraciones juradas de exportación desde octubre pasado, para anticiparse al anterior incremento de las retenciones del 27,5 al 35 por ciento. Las multincionales Cargill, Louis Dreyfus, Bunge, ADM, Nidera y Toepfer concentran más del 85% de la exportación de granos en la Argentina. Mientras que Aceitera General Deheza, del senador oficialista Roberto Urquía, es el mayor exportador de aceites vegetales.

En segundo lugar, como publicó este diario, las versiones que circularon durante el verano de que el Gobierno volvería a aumentar las retenciones ante la disparada de los precios internacionales no pasaron desapercibida para las cerealeras:

Durante el primer bimestre, registraron ventas por 5,2 millones de toneladas de “residuos de soja”, el principal producto de exportación, un 46% más en volumen que en igual período del 2007. Pero sólo en febrero, semanas antes al anuncio de las retenciones móviles realizado por Martín Lousteau, registraron casi un 70% más de ventas al exterior, siempre en cantidades, que en febrero del año pasado.

Más aun, durante los primeros diez días de marzo, es decir hasta el día previo del anuncio de Lousteau, se efectivizaron exportaciones de “residuos de soja” por 1,1 millones de toneladas, un volumen muy similar a lo exportado durante todo el mes de marzo de 2007.

En aceites de soja, el segundo rubro de exportación del complejo sojero, se evidenció una tendencia similar: durante el primer bimestre del año, se computaron un 98% más de ventas al exterior en volumen que en igual período del año pasado.

En el período enero-mayo, entonces, sobresale la actitud de las cerealeras en los 40 días previos al 11 de marzo, en los que se registraron volúmenes récord de exportaciones. Durante abril, en tanto, cuando se levantó el paro de comercialización de granos, los grandes productores aprovecharon la “ventana” para mantener los envíos al exterior comprometidos previamente.

En tercer lugar, un informe reservado de la Secretaría de Agricultura, que circula por la Casa Rosada, revela que hasta mediados de junio, de los 47,2 millones de toneladas de la última cosecha de soja, más de 23 millones permanecían en manos de los productores en silo bolsas o en centros de acopio. Así, casi el 50% de la cosecha se mantenía fuera del circuito comercial, a la espera de definiciones en el nuevo esquema de retenciones.

Finalmente, si el agro hubiera continuado en los últimos meses con sus exportaciones normalmente, como sostiene Alberto Fernández, la economía enfrentaría un serio problema. Desde marzo, el Banco Central vendió 2800 millones de dólares de las reservas para satisfacer la demanda de ahorristas atemorizados y forzar una baja del dólar para calmar las aguas.

La necesaria intervención del Central se debió no sólo a la mayor demanda por parte de los ahorristas –y al principio de la corrida contra el peso de los propios bancos y empresas– sino también a la menor oferta de divisas en el mercado cambiario, a causa del lock out del campo.

Justamente, en el Gobierno esperan que en los próximos meses los dólares de las exportaciones agropecuarias lluevan sobre el país, y la entidad monetaria pueda volver a comprar el excedente de dólares para recuperar las reservas perdidas y restablecer paulatinamente la confianza en el peso.

De acuerdo con los propios cálculos oficiales, la cosecha que se atesoró en los campos equivale –a la cotización de los últimos días– a más de 11.000 millones de dólares que, de ingresar al país en los próximos meses, podrían disipar la crisis financiera que disparó el conflicto con el campo. Si, como dice Alberto Fernández, gran parte de la cosecha ya se vendió y esos dólares ya se liquidaron, el escenario sería mucho más preocupante. Porque significaría que, aun con la oferta plena de dólares de las exportaciones agrícolas, la crisis financiera obligó al Central a salir a vender reservas. Por su suerte, hacia adelante, la realidad no luce tan dramática como se desprende del diagnóstico del jefe de Gabinete.

Critica de la Argentina www.criticadigital.com